Cuarzo (Q100)

El producto Q100 está compuesto por cuarzo puro sinte­ri­zado (SiO₂) de alta cali­dad, carac­te­ri­zado por sus excep­cio­na­les propie­da­des físi­cas y quími­cas. El cuarzo, que repre­senta apro­xi­ma­da­mente el 12 % en peso de la corteza terres­tre, es el segundo mine­ral más abun­dante y ha sido durante mucho tiempo una mate­ria prima indis­pen­sa­ble en la fabri­ca­ción de compo­nen­tes cerá­mi­cos técni­cos. En parti­cu­lar, el cuarzo desem­peña un papel central en la produc­ción de piezas preci­sas y alta­mente resis­ten­tes, como criso­les, bande­jas de calen­ta­miento, tubos y placas, gracias a su combi­na­ción única de esta­bi­li­dad térmica, resis­ten­cia química y resis­ten­cia mecá­nica. La matriz cerá­mica del Q100 está basada en cuarzo puro sinte­ri­zado, que presenta una cris­ta­li­ni­dad casi completa y está libre de impu­re­zas signi­fi­ca­ti­vas. Este nivel de pureza es funda­men­tal para la exce­lente resis­ten­cia al choque térmico (Ther­mal Shock Resis­tance, TSR) del mate­rial. La capa­ci­dad para sopor­tar fluc­tua­cio­nes rápi­das y seve­ras de tempe­ra­tura sin agrie­tarse ni defor­marse estruc­tu­ral­mente hace que la cerá­mica de cuarzo sea espe­cial­mente adecuada para apli­ca­cio­nes exigen­tes. Esto es espe­cial­mente cierto para su uso en hornos de induc­ción, como los emplea­dos en siste­mas moder­nos de fusión de fabri­can­tes líde­res como Bego, Linn, Heraus y Manfredi, donde los ciclos rápi­dos de calen­ta­miento y enfria­miento son ruti­na­rios. Además, el mate­rial mues­tra una nota­ble resis­ten­cia química frente a una amplia gama de meta­les fundi­dos, inclui­dos alea­cio­nes de hierro, cobre y meta­les precio­sos, así como frente a medios quími­cos corro­si­vos y agre­si­vos. Esta propie­dad es espe­cial­mente impor­tante en proce­sos meta­lúr­gi­cos y quími­cos donde se utili­zan criso­les de cuarzo y otros compo­nen­tes cerá­mi­cos para hornos, como bande­jas de calen­ta­miento y cana­les de vertido. La resis­ten­cia inhe­rente a la corro­sión y al ataque químico contri­buye a mini­mi­zar la degra­da­ción del mate­rial, mejo­rando signi­fi­ca­ti­va­mente la esta­bi­li­dad del proceso y la cali­dad del producto final. Con más de 35 años de expe­rien­cia en el desa­rro­llo y produc­ción de mate­ria­les de cuarzo y compues­tos de cuarzo, GTS cuenta con un amplio cono­ci­miento en tecno­lo­gía de mate­ria­les e inge­nie­ría de apli­ca­cio­nes. Nues­tra completa base de datos con carac­te­ri­za­cio­nes de mate­ria­les, pará­me­tros de proceso y datos empí­ri­cos nos permite ofre­cer una aseso­ría precisa a nues­tros clien­tes. Esto nos permite propor­cio­nar solu­cio­nes a medida que se adap­tan ópti­ma­mente a los requi­si­tos espe­cí­fi­cos de cada sistema de fusión, inclu­yendo los de Bego, Linn, Heraus y Manfredi. Además de la cali­dad funda­men­tal del mate­rial, ofre­ce­mos la posi­bi­li­dad de apli­car recu­bri­mien­tos funcio­na­les espe­cia­les a los criso­les de cuarzo, como óxido de circo­nio (ZrO₂) o óxido de itrio (Y₂O₃). Estos recu­bri­mien­tos actúan como una barrera contra inter­ac­cio­nes quími­cas no desea­das entre el mate­rial cerá­mico y el metal fundido, redu­cen el desgaste y prolon­gan signi­fi­ca­ti­va­mente la vida útil de los criso­les. Además, estos recu­bri­mien­tos contri­bu­yen a mini­mi­zar la conta­mi­na­ción en el baño fundido, garan­ti­zando así una cali­dad de producto consis­ten­te­mente alta en proce­sos indus­tria­les de fusión exigen­tes.